Si su boda fue increíble, su sesión de postboda no se quedó atrás. Esta vez, nos fuimos hasta el Monasterio de Piedra, en Nuévalos, uno de esos lugares que parecen sacados de un cuento. Cascadas, bosques, rincones mágicos… el escenario perfecto para capturar la esencia de Fidel y Gemma.
Un Lugar Mágico para una Pareja Increíble
Desde el primer momento, tenía claro que este lugar encajaba a la perfección con ellos. El Monasterio de Piedra lo tiene todo: naturaleza en estado puro, paisajes espectaculares y una atmósfera que hace que cada foto sea especial. Y, con Fidel y Gemma, todo fluyó de manera natural.
Ellos son así, auténticos, espontáneos y con una complicidad que traspasa la cámara. No necesitábamos mucho más que su amor y la magia del entorno para crear imágenes llenas de emoción.
Un Paseo Entre Cascadas y Risas
La sesión fue una aventura. Caminamos entre senderos llenos de vegetación, con el sonido del agua de fondo y el frescor del bosque envolviéndonos. La gran cascada del Monasterio fue uno de los puntos clave, un espectáculo natural que nos regaló unas fotos impresionantes.
Hubo momentos de romanticismo, de miradas cómplices y abrazos, pero también de risas y anécdotas. Porque, al final, una postboda no es solo posar, sino disfrutar del momento y dejarse llevar.
La Importancia de la Postboda
Muchas parejas dudan si hacer una sesión de postboda, pero lo cierto es que es una oportunidad única. Permite disfrutar del día de la boda sin la presión de hacer muchas fotos, y después, con más calma, puedes elegir un lugar soñado sin preocuparte por el vestido o el tiempo.
Y este es un claro ejemplo. Si hubiéramos intentado hacer algo así el día de su boda, habría sido imposible. Pero aquí, con todo el tiempo del mundo, pudimos recorrer cada rincón del Monasterio y crear recuerdos inolvidables.
Un Cierre Perfecto para su Historia
Fidel y Gemma, no puedo estar más agradecido de haber sido vuestro fotógrafo. Desde el primer día, vuestra confianza y cercanía han hecho que trabajar con vosotros haya sido un auténtico placer.
Esta postboda ha sido la guinda del pastel, una forma preciosa de cerrar esta etapa y de plasmar en imágenes lo increíble que es vuestro amor.
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